¿Cómo se le enseña a alguien que viene desarrollando su profesión normalmente durante 15 años, que ahora tiene que buscar su propio nicho de originalidad?
Nos preocupamos por los cambios profesionales y por lo que tenemos que hacer para coexistir con la Inteligencia Artificial. Queremos crecer en Inteligencia profesional. Apelamos -entre otras cosas- a la creatividad y pensamos en cómo desarrollarla.
La diversidad aporta mucho a la creatividad. Diversidad que nos dan las redes líquidas, el tener la colaboración de otros muy distintos a nosotros, con diferentes perspectivas. Pero también advertimos que entramos en un tiempo en el que se nos invita a buscar nuestra propia diversidad interna.
Aparece entonces este concepto nuevo para nosotras: la “polimatía”. La sabiduría que abarca conocimientos diversos. Personas que tienen la capacidad de alcanzar el dominio de dos o más áreas del conocimiento. Significa cruzar conocimientos y maneras de pensar.
Ser polímatas es dominar otras disciplinas y esquemas mentales además del derecho Lo interesante es que podemos ser conectores. Combinar conceptos y volvernos una suerte de traductores entre disciplinas y formas de pensamiento. Ahí es cuando sucede algo innovador, una suerte de “polinización cruzada”.
La polimatía nos da a cada individuo diversidad interna. Una diversidad que nos permite explorar las intersecciones. Conectar con otros universos. Ver en qué punto se cruzan saberes, formas de pensar y cómo se enriquecen un campo y el otro. El polímata pasa a ser un habilitador o generador de combinaciones creativas. Para ver oportunidades donde otros ven amenazas, para abrir puertas, para tener más ángulos que investigar.
¿Por qué no planear una formación híbrida? ¿Qué otro campo del conocimiento nos gustaría dominar? ¿Cómo aprendemos otras formas de pensar? Mucho se dice sobre repensarnos, se habla de vivir otras vidas. Tal vez se trate de un renacimiento en la era digital. Profundizar en algo distinto para descubrir los puntos de contacto con lo que hoy sabemos y hacemos. No para dar vuelta una página, sino para enriquecer las que ya estamos escribiendo.