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Published on: Las conversaciones de la semana

El Golden Gate de los estorninos

Los estorninos son aves que en los meses de invierno se unen en enormes
grupos que se mueven creando imágenes geométricas y figuras
espectaculares. Hipnóticas. Se puede comprobar que vuelan todos a la misma
velocidad, porque generan entre ellos un puente potente de comunicación. No
siguen a un líder. Vuelan haciendo ruido para informar al resto cuál es su
posición. Es sin duda, uno de los espectáculos más fascinantes de la
naturaleza. Pará acá, mira este video y después seguís leyendo.

Las personas y los vínculos dan sentido a la vida. Queremos ser aceptados y
queridos. Poder acompañar, conectar, conciliar, aportar. Tender puentes para
construir con otros. Lo hacemos con nuestra pareja, con nuestros hijos, con
nuestros amigos. Pero ¿podríamos volar con desconocidos, como lo hacen los
estorninos?

Tal vez nos cueste porque, como decía Cortázar en Cartas a los
Jonquières, “…somos gente de tanto carácter y tanta personalidad…
repertorios de ideas definitivamente fijas, cuajadas, sin movimiento posible…
Todo el mundo tiene su opinión sobre las cosas”. Nos gusta diferenciarnos,
cada uno con su parecer, individual, original, exclusivo.

Como sociedad y en las organizaciones que integramos, necesitamos muchas
veces expresarnos al unísono. Las individualidades requieren conectores que
amalgaman a partir de la escucha, la aceptación y el saber leer a los otros.
Curiosamente, éstas son tres herramientas que se utilizan en teatro para
improvisar. Y en la vida, como en las improvisaciones, el guion no está escrito.
Es una construcción colectiva.

Nos inspiramos en el vuelo de los estorninos y en sus potentes puentes de
comunicación para imaginar relaciones basadas en el respeto común, y la
confianza en que la vida de los demás, en lo grande o en lo pequeño y
cotidiano, sostiene la nuestra y la hace mejor, y hasta mucho más placentera.