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Published on: Las conversaciones de la semana

El secreto está en tu Biblioteca

“Después de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye ladrar a los perros.”

 

Así empieza el cuento que analizamos con un grupo de amigos en un taller literario dado por la escritora Margarita Girardi. El cuento se llama ¨Nos han dado la Tierra¨ de Juan Rulfo. Cuatro campesinos, han andado horas por el llano para llegar a la tierra que les otorgó el Gobierno. La esperanza es uno de los motores de los caminantes. A pesar del cansancio y de la desolación, los impulsa el ladrar de los perros: la vida que existe en algún pueblo al que se acercan. Se muestra un lugar completamente desierto, desolado, muerto para siempre. No hay árbol, ni semilla del que salga, ni raíz del cual reviva. Dos tensiones contrapuestas mostradas brillantemente por el autor. Por una parte, el Gobierno da una tierra improductiva a los campesinos, por otra, el Gobierno no se hace cargo de estos campesinos y les da como respuesta que él ya ha cumplido.

 

La literatura no explica, no juzga, sólo muestra. Tiene una mirada atenta al detalle, a lo singular, a lo ignorado, a lo vulnerable, a lo humano. Aparece como un medio hacia la creatividad en el Derecho. Nos permite comprender en profundidad las experiencias humanas. Conocerse uno mismo y sacar prejuicios. Nos conecta con otra mente, la del escritor. Nos lleva a aprender sobre otras miradas del mundo e incluso a cuestionarnos las propias. Y prolongar los horizontes y construir soluciones a las que no llegaríamos si tuviéramos solo los límites del Derecho.

 

La pobreza, la desigualdad, el sufrimiento, el abuso de poder, la indiferencia, se comprenden de verdad, encarnadas en el ejemplo, en la acción, en la historia de una persona. Tal vez, si interiorizamos ejemplos literarios podrian crearse modelos de pensamiento que formen parte de nuestro acervo de recuerdos, que nos ayuden a construir significados, a sumar sensibilidad, a la hora de observar y analizar formas de convivencia social. Es tomar prestado de los libros experiencias que no vivimos.

 

Ángel Ossorio y Gallardo, jurista español que escribió la obra ¨El alma de la Toga¨ publicada en 1922, describe que el abogado además de contar con revistas y tratados jurídicos, debería poseer una biblioteca con textos de Literatura “¿Novela? ¿Versos?. Sí, novela y versos. Esa es la gimnástica del sentimiento y del lenguaje.. La falta de lectura que excite la imaginación, amplíe el horizonte ideal y mantenga viva la renovada flexibilidad del lenguaje, acaba por dejar al abogado muerto en sus partes más nobles, y le reduce a una ley de Enjuiciamiento con figura humana, a un curialete con título académico¨

 

Hoy más que nunca, con los cambios que genera la tecnología, pensamos que nuestra formación como abogados y abogadas debería incluir Derecho y Literatura como parte de la currícula de las Facultades de Derecho y de la formación en posgrados. Esto daría la oportunidad de enriquecer las perspectivas de los estudiantes, quienes podrían perfeccionar sus estudios con los textos literarios.

 

Les proponemos un desafío. ¿Qué novelas, cuentos o poesías incluirían como lectura indispensable para la formación de abogados y abogadas durante toda la vida? Si nos cuentan, las compartimos con todos…