El Centro Pompidou es un edificio revolucionario e irreverente que rompió las reglas del respeto al contexto urbano de París. Sorprende, tan diferente al lado de los edificios residenciales del siglo XIX. Al igual que la Tour Eiffel, al inicio fue discutido y rechazado. Hoy nos seduce. La viuda de su promotor sintetizó las tres fuerzas que lo impulsaron: “pasión, audacia y libertad”.
La irreverencia es tomar distancia, pensar, vencer la pereza, asumir la incomodidad de desafiar los lugares comunes, lo aceptado, lo establecido.
La irreverencia requiere pasión. Pasión por tener algo para expresar o valores que defender. Somos irreverentes cuando exteriorizamos una falta de respeto. ¿Por qué hacerlo? ¿Qué nos lleva a rebelarnos? La injusticia, la arbitrariedad, la inequidad, la mentira, la insensatez humana, los malos tratos, realidades que cambian …
Irreverente es un título compartido por los artistas de vanguardia que rompen cánones en sus mundos. Que, por ser tan geniales como sus antecesores, los imitan desafiándolos, siendo rupturistas. Como el artista italiano Maurizio Cattelan: ¿se puede ser más irrespetuoso con los espectadores de una muestra artística, que pegando una banana en una pared con una cinta adhesiva? (Comediante); o ¿emplazar en pleno centro de Milán, una mano extendida con dedos cortados y sólo el mayor en alto? (L.O.V.E. -Amor, odio, venganza y eternidad-). Provocador, loco, genio. Todo junto.
Irreverente es Mafalda, el personaje de Quino, que interpela al mundo adulto señalando sus contradicciones, y a quien se califica de “contestataria” por ser, como diría Umberto Eco, una heroína iracunda que rechaza al mundo tal cual es.
Para ser irreverentes, tal vez, se requiera audacia, porque suscita controversias, provoca, inquieta. ¿Acaso el irreverente Astor Piazzolla y su tango, no sufrió el desdén de Borges que se refirió a él como Astor Pianola (a quien luego supo valorar)?
La irreverencia es una expresión de libertad. Libertad para cuestionarse, pensar distinto y lograr expresarlo. Muchas veces se piensa a la irreverencia como algo negativo, y es todo lo contrario: busca nuevos caminos para ayudar a cambiar el mundo, para entender a dónde va.
En fin, la irreverencia hoy, ¿no será signo de genialidad, de ésa que existe en nosotros y no dejamos salir? ¿Qué tan irreverente te sentís hoy?