“El tiempo y cómo lo invertimos o lo gastamos siempre atraviesa nuestras conversaciones. Los abogados y abogadas trabajamos en estudios jurídicos, en la administración pública, en departamentos legales de empresas, en el poder judicial y en general, funcionamos en modo operativo. Se trata de hacer, hacer y hacer. Respondemos emails, elaboramos informes, preparamos escritos judiciales, analizamos casos y asistimos a reuniones. Una agenda saturada de horarios bloqueados para estas actividades. Incluso a veces le dedicamos mucho tiempo mental a resolver cosas pequeñas, esas que tenemos en la lista de pendientes, y que nos devuelven el placer inmediato del deber cumplido.
Sin embargo, tal vez la llave para superar los desafíos que se nos presentan motorizados por los cambios tecnológicos, sea generar ideas. Ideas diferenciales, superadoras, que aporten valor. Para que se nos ocurran esas ideas es necesario dar un espacio para que eso suceda. Dejar de estar en modo operativo y darle lugar al modo de descubrimiento. Generar las condiciones para que podamos entrar en ese modo de descubrimiento. El ambiente y la confianza son claves. Puede ser solos o con otros.
En nuestro caso, hace años que tenemos rutinas de distensión conjunta, especialmente en el almuerzo o a primera hora de la mañana. Donde dedicamos un par de horas a esa conversación que no tiene una agenda previa. A veces hasta puede sentirse como tiempo perdido. De esos momentos surgieron la mayoría de los cambios que hicimos en el estudio a lo largo de los años. Nosotras lo llamamos espacios verdes de ideas. “Espacios” porque tienen un tiempo aparte y propio. “Verdes” porque oxigenan la diaria y dan más vida.
Probablemente si estamos en plena acción, necesitamos el modo operativo para tener mejor desempeño. Una sensación de mayor nivel de control y productividad. Pero si estamos todo el tiempo con ese modo operativo vamos a dejar de descubrir nuevas posibilidades; de conectar lo que hacemos con lo que verdaderamente queremos; de encontrar nuestra propia manera de hacer las cosas; de hallar nuestra propia voz.
El escritor francés Marcel Proust dijo: «Las obras maestras no son más que los restos naufragados de las grandes mentes». El modo de descubrimiento nos permite bucear para encontrar esos restos escondidos que nos permitan diferenciarnos, encontrar nuestro momento Eureka y por qué no, construir nuestra propia obra maestra.
Te proponemos que cuando mires tu agenda te preguntes ¿Cuánto modo de descubrimiento tengo en mi agenda de hoy?”