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“El miércoles pasado dimos un taller al que llamamos “Algunas cosas de las que no hablamos los abogados”. Un taller nuevo, que seguramente hace unos años atrás ni siquiera hubiésemos imaginado. Nos costó bastante decidirnos a hacerlo. Nos sentíamos vulnerables al involucrar aspectos personales en nuestros roles como abogadas. Nos atrevimos y lo hicimos. Aprendimos un montón.

Esta semana, también, vimos la serie de Fito Páez. En ella se muestra su vulnerabilidad y la búsqueda de inspiración en su propia vida. Una mezcla de talento, música, hechos, emociones y literatura. No podemos, ni sabemos, opinar si está bien hecha o no. Lo que sentimos es que nos acercó a la persona. Nos aportó una mirada nueva. Y nos dejó pensando.

Solemos asociar la vulnerabilidad con la debilidad. Sin embargo, el diccionario no dice eso. Lo vulnerable es lo que “puede” ser herido o recibir lesión. No es ausencia de valentía. Es probabilidad, es incertidumbre, es riesgo, es exposición. Sentirnos vulnerables implica no poder controlar el resultado y eso nos lleva a veces a sacrificar nuestra autenticidad y a evitar exponernos emocionalmente.

Brené Brown, una investigadora norteamericana que ha dedicado décadas al estudio de este tema, llegó a la conclusión de que la vulnerabilidad puede ser una fuente de fuerza y de conexión, al punto de afirmar que no hay valentía ni heroicidad sin vulnerabilidad.

Lo que somos es más importante que lo que sabemos. Cuando buscamos ser inmunes o perfectos antes que exponernos, sacrificamos oportunidades y relaciones que tal vez, pueden ser irrecuperables. Nos perdemos de conectar y realizar ese aporte único que sólo nosotros podemos hacer.

Es curioso que nos cueste tanto mostrar, lo que más nos atrae y disfrutamos del compartir con otro. ¿Acaso no buscamos y nos seducen personas con las que se logran mayores niveles de profundidad en la comunicación? Esas personas nos resultan super poderosas y generan confianza, porque superan temores y vergüenzas, al reconocer y poner en juego lo que las hace vulnerables.

Habitar la incertidumbre parece ser ya un rasgo de época. ¿Por qué no arriesgarnos y cambiar corazas de perfección para lograr la mejor conexión?”

¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Tanta sangre que se llevó el río
Yo vengo a ofrecer mi corazón
No será tan fácil, ya sé que pasa
No será tan simple como pensaba
Como abrir el pecho y sacar el alma
Una cuchillada del amor
Luna de los pobres siempre abierta
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Como un documento inalterable
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Y uniré las puntas de un mismo lazo
Y me iré tranquilo, me iré despacio
Y te daré todo y me darás algo
Algo que me alivie un poco más
Cuando no haya nadie cerca o lejos
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Cuando los satélites no alcancen
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Y hablo de países y de esperanzas
Hablo por la vida, hablo por la nada
Hablo de cambiar esta, nuestra casa
De cambiarla, por cambiar nomás
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Fito Páez