篓La tolerancia no ha provocado jam谩s una guerra civil;
la intolerancia ha cubierto la tierra de matanzas.篓
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La historia detr谩s de las ideas de libertad de pensamiento y opini贸n, asentadas en la Declaraci贸n de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789, es tambi茅n la historia de un hombre fascinante que cambi贸 el derecho por las letras, escribiendo obras excelsas no menos comprometidas con esas ideas. De un hombre que vivi贸 en carne propia aquello de que la justicia no es igual para todos, que fue a dar a la c谩rcel y al exilio b谩sicamente por el hecho de no haber nacido en cuna noble y que, hacia el final de sus d铆as, volvi贸 sobre sus pasos, ejerciendo la abogac铆a, para defender los derechos universales y poner sobre la palestra p煤blica el ideal de tolerancia.
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Ese hombre es Voltaire. Provocador e inteligente, escandalizaba y cautivaba desde muy joven con sus poemas, s谩tiras y tragedias a la nobleza de la Francia de Luis XIV, lo que le vali贸 para que se pelearan por tenerlo en sus salones. Lleg贸 a asistir a la boda del rey Luis XV, invitado por el mism铆simo rey. Pero nada de eso import贸 cuando tuvo un altercado con uno de ellos. El reclamo de Voltaire result贸 obsceno. 隆Retaba a un noble a un duelo! Toc贸 todas las puertas a su alcance, pero esa sociedad estamental le dio la espalda. As铆, no solo fue a dar a la Bastilla (no fue la primera vez), sino que tuvo que acceder a marcharse del pa铆s. Aquello termin贸 por abrirle los ojos -las ideas de la Ilustraci贸n ya se ven铆an cocinando a fuego lento en su mente. Baste leer algunas de sus s谩tiras o ensayos de la 茅poca para apreciarlo-, pero tambi茅n por inocularle el ideal de justicia universal. El exilio en Inglaterra hizo el resto.
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All铆 conoci贸 a Locke y a Newton. Asisti贸 -seguramente moqueando- al entierro de este 煤ltimo. Admirado ante los avances cient铆ficos y la tolerancia de culto, regres贸 a Francia dispuesto a combatir el fanatismo y a dispersar las tinieblas de la ignorancia mediante las luces del conocimiento y la raz贸n. Se enemist贸 con Descartes, de cuyo m茅todo hizo chanzas, tambi茅n con Rousseau; colabor贸 con Diderot y D鈥橝lambert y hacia el final de su vida se top贸 con el caso de Jean Calas, un terrible ejemplo de fanatismo religioso que sin duda le marc贸. Llev贸 a cabo sus propias investigaciones y, convencido del atropello, trabaj贸 incansable para obtener la rehabilitaci贸n de la familia. Adem谩s, escribi贸 Tratado sobre la Tolerancia, cuyo impacto en la Declaraci贸n de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789 no fue menor.