Desde hace mucho pienso que hay un espacio al que le vendr铆a muy bien tener toda la luz y la participaci贸n que necesita, m谩s en estos tiempos. Son nuestras comisar铆as barriales. Muchas veces son virtuosas, conocemos a los polic铆as con que nos cruzamos en esquinas y plazas, y hemos realizado alg煤n tr谩mite bien atendido en las oficinas de la comisar铆a.
Puede no ser as铆. Alguna quiz谩 no tenga tan buena fama. O tenga medios limitados para afrontar la tarea. Ahora bien, sea buena o sea mala, con o sin recursos, no hay mecanismos establecidos de informaci贸n peri贸dica de seguridad. Y tampoco de participaci贸n de los vecinos, en el barrio en que vivimos, que nos permitan dialogar peri贸dicamente con las autoridades policiales, con el comisario que gestiona nuestra seguridad.
En primer lugar, ser铆a bueno contar con informaci贸n sobre lo que pasa en nuestro barrio, mes a mes. Si hubo carterismo, peleas frecuentes, robos en casas o departamentos, de autom贸viles, motos o bicicletas, y d贸nde. Qu茅 zonas, plazas o calles lo sufren m谩s que otras. Y todo lo que haga a la seguridad. Saber si se resolvieron los casos y se encontraron a los culpables. O qu茅 se est谩 haciendo para mejorar.
Si est谩 disponible la informaci贸n, entonces puede haber participaci贸n ciudadana. Sin ella, todo es una caja negra, en la que s贸lo sufrimos los resultados. Los vecinos informados pueden colaborar, analizar en conjunto, compartir sus preocupaciones para mejorar las zonas m谩s inseguras.
Pueden ser muy buenos aliados de la polic铆a para resolver lo que est谩 fuera de su alcance. Por ejemplo, hay calles inseguras por falta de iluminaci贸n. Los vecinos pueden movilizar sus demandas al municipio en 茅se y muchos otros temas transversales de la gesti贸n de una comuna. La colaboraci贸n ayuda en lo que el comisario no podr铆a gestionar. Si se habla, todos salen beneficiados.
Sabemos tambi茅n que el monopolio de la fuerza, propia del Estado, de las fuerzas policiales, otorga poder. Y mientras m谩s informaci贸n, participaci贸n y di谩logo abierto haya, bajar谩n las posibilidades de que haya abusos, en el orden que sea, desde maltratos personales a negocios impropios.
Que las puertas de una instituci贸n est茅n abiertas al di谩logo y a la rendici贸n de cuentas no es una receta m谩gica, pero compartir informaci贸n, mostrarse, dialogar, recibir la atenci贸n de los vecinos, es un poderoso incentivo para que las cosas se hagan bien. Que tengamos confianza en nuestra polic铆a de barrio, porque la seguridad la construimos juntos.